El Santo de Bengal, El Señor Chaitanya vino a la Tierra sencillamente para predicar krishna-bhakti, amor por Krishna. En otras palabras, Él es el Señor Krishna en persona, que enseña a las entidades vivientes la manera apropiada de dirigirse a Krishna. Es como un maestro que, al ver los pobres resultados de un alumno, toma el lápiz y dice: «Hazlo así: A, B, C». Con esto no hay que cometer la tontería de pensar que el maestro está aprendiendo el abecedario. En forma similar, aunque el Señor Chaitanya aparece en la guisa de un devoto, no debemos pensar tontamente que Él es un ser humano común; siempre debemos recordar que el Señor Chaitanya es Krishna mismo, Dios, enseñándonos la manera de volvernos conscientes de Krishna, y debemos estudiarle desde este ángulo. El enseño que Nuestro amor real es continuo y sin fin, pero, como se refleja desvirtuado, en este mundo material no tiene continuidad y es embriagador. Si queremos amor auténtico y trascendental, debemos transferir nuestro amor al objeto supremo de amor: Krishna, la Suprema Personalidad de Dios. Éste es el principio básico de la conciencia de Krishna. Entre las enseñanzas del Señor Chaitanya que se presentan en este libro y las del Señor Krishna que se ofrecen en la Bhagavad-gita no hay diferencia alguna. Las enseñanzas del Señor Chaitanya demuestran en la práctica las enseñanzas del Señor Krishna. Sus instrucciones finales en el Bhagavad-gita es que todos deben entregarse a Él. Krishna promete hacerse cargo, inmediatamente, de toda alma que se entregue a Él. Las enseñanzas del Señor Chaitanya son idénticas a las que impartió el Señor Kapila, que fue quien primero expuso el sankhya-yoga, el sistema filosófico sankhya. Ese autorizado sistema de yoga enseña la meditación en la forma trascendental del Señor. No se puede meditar en algo vacío o impersonal. Cuando se puede meditar en la forma trascendental del Señor Vishnu incluso sin practicar complicadas posturas, esa meditación se llama samadhi perfecto. El hecho de que esa clase de meditación es samadhi perfecto se confirma al final del Capítulo Sexto de la Bhagavad-gita, cuando el Señor Krishna dice que, de todos los yogis, el más grande es aquél que constantemente piensa en el Señor en el fondo de su corazón con amor y devoción. Basándose en la filosofía sankhya de acintya-bhedabhedatattva, que sostiene que el Señor Supremo es simultáneamente uno con Su creación y diferente de ella, el Señor Chaitanya enseñó que la forma más efectiva para las masas de practicar la meditación del sankhya-yoga es simplemente cantar el Santo Nombre del Señor. Enseñó que el santo nombre del Señor es la encarnación sonora del Señor y, puesto que el Señor es el todo absoluto, no hay diferencia entre Su santo nombre y Su forma trascendental. De esta manera, cantando el santo nombre del Señor, podemos relacionarnos directamente con el Señor Supremo mediante la vibración sonora.
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